martes, 23 de septiembre de 2014

CASAS DE AQUÍ Y DE ALLÁ

                     Hubo un tiempo, no muy lejano, en que alguien la diseñó, proyectó y, finalmente, construyó. El año que figura en la chimenea es 1.936. Mantiene el encanto decadente de lo que antes brilló con luz propia y hoy no es más que una sombra. La verja oxidada, la pintura sin color, el hórreo vacío, una gran chimenea, unas tejas gastadas y un balcón de piedra gris en el que se adivina un verdín que no llega a verse. Familias que han vivido en ella, gente con su historia, risas, llantos, novedades del pueblo, bullicio y, al final, soledad del que la habitó y luego de la casa. 


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