sábado, 25 de octubre de 2014

OTOÑO EN LOS TIEMPOS DEL ÉBOLA

Como todos sabemos, en otoño nos despedimos de las sandalias, las camisetas, los colores alegres, y nos volvemos a nuestras prendas de abrigo de colores más oscuros, a la manga larga, a las botas, al paraguas... Sin embargo, parece que el tiempo se ha vuelto loco y hemos vuelto a tener que sacar ropa de verano, las sandalias e incluso el bañador. Una semana estábamos en plena ciclogénesis explosiva y a la semana siguiente sacamos la toalla y nos vamos a la playa. ¡Viva el cambio climático!

Así que esta semana está de moda:

1) Ir a la playa en octubre: el sol no es agresivo, los turistas se han marchado, y el agua está caliente para ser el Atlántico. Uno va un día entre semana - pongamos un miércoles - y se puede encontrar a unos novios haciéndose fotos tipo "la sirenita".


Fotos de boda en la playa o cómo estropear el vestido a base de agua salada y arena. 

2) Las rutas de senderismo están de moda todo el año, pero en otoño tienen un encanto especial por los colores, las castañas, las setas...



Mochila con silla incorporada, muy adecuada para excursiones al monte.

Ruta por Mondariz (Pontevedra)


3) Si hace un octubre con buen tiempo, uno puede seguir vistiendo ropa de verano, acompañada de una chaqueta de colores vivos. En este caso, el toque fashion son estas uñas con manicura animal print.



Detalle del pasador.


4) También podemos decidirnos por meternos de lleno en los looks otoñales como este outfit de Monike compuesto por unos cómodos pantalones verde militar, un sencillo jersey negro y unas zapatillas de deporte con brilli-brilli. 




Bolso de colorido tipicamente otoñal.

Zapatillas brilli-brilli vs zapatillas de ante.


6) Es el momento de sacar nuestros abrigos de entretiempo como éste, adquirido hace años en una tienda de la sexta Avenida de Nueva York, y que sigue tan de actualidad como el primer día.


7) Por último, no olvidarnos de nuestro traje especial para el Ébola, que este otoño es una apuesta segura para nuestro fondo de armario.










sábado, 11 de octubre de 2014

PASAJE A LA INDIA

 

 
          ¿Quién no ha pensado alguna vez en irse a la India de mochilero? Recorrer sus paisajes, conocer sus gentes de piel oscura y ojos inmensos, visitar sus templos, oler sus olores y descubrir colores nunca antes vistos. Dejarnos llevar por su espiritualidad a orillas del Ganges y sentirnos como unos marajás al visitar el Taj Mahal en Agra. Para muchos, es nuestro viaje soñado. Para algunos privilegiados, el sueño se ha hecho realidad. Gracias por compartir sus fotos con nosotros.  
 
Miradas de esperanza. ¿ Me compras un boli?
 
 
Pañuelos de mil colores


Varanasi
 

Varanasi
 

Albert Hall

Amanecer en el Ganges

Cableado

diosito



Isla de Azafrán

Jaipur

Joyería Marcopolo


Vaca sagrada, estomballada como una reina.


Elefante transporte

Crecida del Ganges

domingo, 5 de octubre de 2014

RELATO DE UNA GANGA



      "The First Lady" salió hoy de casa con una idea fija: encontrar una ganga en el mercadillo. Forró sus pies con varios parches antirrozaduras, se calzó sus zapatillas de deporte y se encaminó hacia Bouzas. Allí se encontraba el mercadillo dominguero más visitado por los vigueses. Los puestos se apelotonan en un espacio acotado que siempre parece ser insuficiente. Se puede encontrar de todo: comida, plantas y, sobre todo, ropa, calzado y bolsos. Los vendedores hacen su marketing como mejor pueden: ¡El Cartier! ¡El Louis Vuitton! ¡La Carolina!¡Cinco euros! ¡Cinco euros! 

      Como experta cool hunter, "the first" merodeaba por los puestos buscando lo más chic, como otras cientos de "mercadillistas" que acostumbran a visitar Bouzas cada domingo. Cuando una de ellas se detiene en cualquiera de los tenderetes en los que se exponen las "gangas", enseguida se apelotonan el resto de "mercadillistas" interesándose también por la oferta. Muchas se ve que son clientas habituales ya que tienen confianza con los vendedores.

       - ¿Vais a estar el miércoles en Coya?- le preguntaba una "mercadillista" a un vendedor de bolsos de fiesta a tres euros (feos como un dolor).
        - Con la boda el martes, nos va a ser imposible.
        - Y, ¿cómo van los preparativos?- se interesó la susodicha.
       - Mucho estrés, chica. Fíjate que estamos pensando en servir un segundo banquete a las seis de la  madrugada. Es que hemos comprado mucha comida. Sólo de lechazo, son ¡cuatrocientos kilos!

     ¡Qué bodorrio, madre!, pensó "the first". Continuó su búsqueda. Ojeó pañuelos de seda a cinco euros, zapatos de "piel" a diez, bolsos de Bimba a quince, parkas de La Martina a veinticinco, restos de camisas a tres... Finalmente, la encontró. ¡Su ganga! Bolso de mano, de cuero y con la bandera española a ¡¡¡TRES EUROS!!! Por supuesto, superexclusivo. Sólo quedaba éste. Una auténtica pieza de "coleccionista de mercadillos".