jueves, 25 de diciembre de 2014

RINCONES DE VIGO-3: PASEO DEL RÍO LAGARES



                   En días como hoy, parece casi obligatorio hacer un poco de deporte e intentar quemar al menos una parte de todas las calorías que hemos engullido entre la cena de Nochebuena y la comida de Navidad. En Vigo tenemos un lugar en donde además de poder correr, ir en bici o simplemente caminar, también disfrutamos del contacto con la naturaleza: el paseo del río Lagares. Hay tramos en los que no se oye ningún otro ruido que no sean los pájaros o el agua. En otros, se percibe el sonido de los coches y los edificios asoman entre los árboles, pero es muy fácil abstraerse y no fijarse en que seguimos en medio de la ciudad. Podemos comenzar en la Avenida de Madrid e ir hasta Samil y volver, o incorporarnos en Castrelos o en Balaidos y recorrer tramos más cortos. 

                El Lagares era un gran desconocido para los vigueses. Las únicas noticias que teníamos de él eran las inundaciones que se producían casi todos los inviernos en las viviendas próximas a su cauce. El pobre tenía muy mala fama. Sin embargo, desde que se acondicionó la senda peatonal del río y cientos de personas la recorren cada día, ha dejado de ser un desconocido y ha pasado a formar parte de nuestra identidad de vigueses.  Tiene nuestra misma personalidad: a veces parece un " río salvaje" e impaciente, y otras una "charquilla mansa" donde los patos nadan felices. Belleza en el caos, igual que nuestra ciudad. 



Hay zonas con cierto misterio como estas escaleras abandonadas o esta puerta que probablemente perteneciese a algún molino o similar, hoy desaparecido. 






Hay zonas que parecen idóneas para ambientar una novela de misterio.



A lo largo de todo el trayecto, cientos de vigueses practican diariamente deporte, principalmente correr y bicicleta, todos perfectamente uniformados de Decathlon.  



Hay quienes prefieren caminar, y podemos ver jóvenes y mayores andando a buen paso, con o sin sus perros, que también son muy fans de esta ruta. 



 Varios puentes cruzan de lado a lado. Tenemos tramos que se pueden recorrer por las dos orillas y otros que solo por una. 




El tramo más cercano a Samil muestra algunas de las vistas más bonitas del paseo, con gran cantidad de patos y diferentes aves acuáticas. 









domingo, 21 de diciembre de 2014

RINCONES DE VIGO-2: MERCADILLOS NAVIDEÑOS

                    Quedan apenas tres días para Nochebuena y el furor de compras está en su máximo apogeo. Salgas a la hora que salgas, las calles están abarrotadas de gente intentando encontrar el regalo-ganga perfecto de última hora. Muchos países europeos han conseguido que sus tradicionales mercadillos navideños se conviertan en un atractivo reclamo para el turismo. Las agencias de viajes ofrecen la posibilidad de visitar Salzburgo, Múnich, Flandes, Praga y otros lugares famosos por su acogedor ambiente en estas fechas.
 
                    Nuestra ciudad también se ha apuntado a esta forma de comercio "na rúa" que cada vez cuenta con más adeptos. Durante todo el mes de diciembre se han instalado mercadillos de Navidad en diferentes puntos. El pasado viernes se celebró a Noite encantada de las Traviesas que duró hasta las doce de la noche. Los artesanos del cuero, la plata o de joyería hecha con productos reciclados, mostraban sus originales diseños a las numerosas personas que paseaban por la Plaza de la Independencia y sus aledaños.  Pintores con sus lienzos de temática gallega, vendedores de antigüedades del siglo XX como latas vintage de Colacao, viejos faroles de barcos que ya no navegan, molinillos de café para nostálgicos que en su casa seguro que toman Nespresso (What else?), antiguos diseños de Sargadelos, libros, e incluso objetos litúrgicos como un atril dorado, formaban parte de algunos puestos de anticuarios bastante eclécticos. Todo ello bajo un manto de luces navideñas dignas de la plaza mayor de cualquiera de las milenarias ciudades europeas.
     
Iluminación de la Plaza de la Independencia

 
                 En otro punto emergente de nuestra ciudad como es Bouzas, además del ya tradicional mercadillo de todos los domingos, hoy se instaló también O Feirón. Allí podemos encontrar miles de propuestas para que nuestros regalos sean los más originales y nos ofrece el aliciente de poder escuchar música en directo.  
 
Ambiente esta mañana en O Feirón

Músicos amenizando las compras
Los sitios vacíos que han dejado los zamoranos desterrados, hoy los han ocupado grupos que ofrecían música en directo.
 
 
Vendedores optimistas que ofrecen paraguas en días de sol rachado.


               Como el tema "mercadillos" no es de la devoción de todo el mundo, también podéis encontrar vuestros regalos en los abarrotados centros comerciales que se han puesto sus mejores galas para atraer al mayor número de visitantes.


 


 

sábado, 13 de diciembre de 2014

PABLO NERUDA Y SUS CASAS

 
                                     Para mi corazón basta tu pecho,
                                     para tu libertad bastan mis alas.
                                    Desde mi boca llegará hasta el cielo
                                    lo que estaba dormido sobre tu alma.


                  Pablo Neruda, uno de los más grandes poetas de todos los tiempos, nació en Parral (Chile ) en 1904 y falleció en Santiago de Chile en 1973. Recibió, entre otros reconocimientos, el doctorado honoris causa por la universidad de Oxford en 1965 y  el premio Nobel de literatura en 1971.
 
                  Cuando uno viaja a Chile, una de las cosas que no debe perderse es visitar cada una de las tres casas que el poeta poseía en ese país. A través de ellas podremos comprender mejor su poesía, su forma de entender la vida y su peculiar visión del comunismo al que defendía pero, evidentemente, no practicaba de ningún modo. Las tres reflejan su pasión por el mar y por coleccionar diferentes objetos. Actualmente funcionan como museos y están gestionadas por la fundación Neruda.
 
                 La primera de ellas es la Casa de Isla Negra, su favorita y en cuyo jardín reposan sus restos, mirando al mar. Se sitúa en la comuna de El Quisco, en la provincia de San Antonio, al sur de Valparaíso. Neruda se la compró a un capitán de navío español en el año 1939 y está situada al borde del mar. Cada habitación contiene diferentes colecciones: botellas con o sin barcos,  mascarones de proa, mariposas disecadas y miles de conchas de colores y formas increíbles. Con sus techos bajos, sus maderas y la estrechez de los pasillos, parece un barco al que hubiesen dado forma de casa.  
Entrada a la casa.

Neruda y su pasión por el mar: barco en el jardín.

Locomotora en el jardín de Isla Negra
 
Habitación con colección de mascarones de proa

La casa desde otra perspectiva

Bar de la casa. Muy necesario, ya que por los alrededores estaba todo bastante deshabitado.
Tumba de Neruda y su tercera esposa, Matilde Urrutia.
           En Valparaíso, en el cerro Florida, Neruda poseía La Sebastiana. Ésta había sido propiedad también de un español -Sebastián Collado- quien a su  muerte aún no había finalizado su construcción. Sus herederos se la vendieron a Neruda en 1959, quien buscaba una casa que "pareciera flotar en el aire, pero que estuviese bien asentada en la tierra". Posee unas vistas privilegiadas sobre la ciudad y la bahía de Valparaíso, y su forma recuerda a la de un barco con diferentes formas, alturas y colores.
 
La Sebastiana
 
Vistas desde La Sebastiana
 
 
En primer plano el puerto de Valparaíso y, al fondo, la ciudad.
      La tercera casa es La Chascona y está situada en el barrio de Bellavista en la comuna Providencia, en Santiago de Chile. Antes de entrar, desde la calle, parece una construcción poco atractiva. Sin embargo, los restos de Neruda fueron velados en esta casa y en ella vivió Matilde Urrutia hasta su fallecimiento. Un jardín interior selvático, múltiples escaleras por todas partes y, como siempre, todo tipo de objetos de sus colecciones: botellas y cristalería diversa de múltiples formas y colores, vajillas con motivos marinos y, por supuesto, libros y escritos varios.
 
 
Desde la calle no parece gran cosa
 
 
 
Escaleras para trasladarse a través de los diferentes edificios que la componen.
 
 
  Al margen de otras consideraciones, no hay duda de que Neruda era un enamorado de la belleza. La buscaba y la expresaba no solo a través de su poesía, sino también con las casas en las que vivía y en todos aquellos objetos de los que se rodeaba y coleccionaba.
 
 
                                  No es solo seda lo que escribo:
                                  que el verso mío sea vivo
                                  como recuerdo en tierra ajena
                                  para alumbrar la mala suerte
                                  de los que van a la muerte
                                  como la sangre por las venas.

domingo, 7 de diciembre de 2014

OPORTO Y SUS ENCANTOS.

              Ayer volví a visitar Oporto y creo que he sufrido el síndrome de Stendhal. En mi caso, se trata más bien de una recaída. Desde que cruzamos el puente sobre el río Miño que une Tuy con Valença, noté los primeros síntomas de este síndrome: palpitaciones, temblores, ansiedad...No llegué al "desvanecimiento" porque creo que ese síntoma extremo solo se presenta en los casos más severos, que suelen ser cuando uno visita Florencia por primera vez. En mi caso, creo que sufro una variante aún no descrita que consiste en que cuantas más veces voy más me gusta y, por tanto, más ganas de volver.
 
            En los últimos quince años Oporto ha sufrido una asombrosa transformación en una ciudad singular y atrayente para cualquier viajero. Los portugueses han sabido combinar su tradición centenaria con una vanguardia renovadora y, por ello, sigue perviviendo un pequeño comercio con reminiscencias coloniales a la vez que han proliferado los grandes centros comerciales.



Comercio típico


      Podemos llegar a Oporto en tren, a la estación de San Benito. Allí nos encontraremos con unos azulejos de principios del siglo XX que reproducen escenas cotidianas y algunas otras de la historia de Portugal.







          
                 Desde San Benito, podemos bajar hasta el mítico barrio de la Ribeira situado en el margen derecho del río. Sus calles son estrechas, adoquinadas y muy empinadas. Las casas típicas, la ropa tendida al sol y las pequeñas iglesias encaladas forman un alegre mosaico de color.



 


        En el margen izquierdo, cruzando el puente de Dom Luis I, están las famosas bodegas de Oporto, en Vila Nova de Gaia. Esta zona ha sido completamente remodelada recientemente y las embarcaciones tradicionales en las que transportaban las cubas de vino -rabelos- se han convertido en barcos para turistas.


Puente Dom Luis I


Rabelos


 
       Si seguimos todo el margen derecho del río hasta su desembocadura, llegamos a la "Foz do Douro". Varios faros que siguen funcionando guardan esta zona que supongo que sería de especial peligro, viendo cómo rompen en su playa las olas del Atlántico. Centenares de pescadores clavan sus cañas en la arena, y miles de ciudadanos caminan o corren por su paseo marítimo a diario.




   




             En las casas construidas en primera línea de la Foz se nota el esplendor de los días pasados, pero no han perdido nada de su encanto. Algunas, las menos, están en malas condiciones y deshabitadas. Casi todas tienen grandes ventanales, y viendo la puesta de sol desde el paseo marítimo se entiende bien el porqué.





                 En esta zona se encuentra uno de los restaurantes de moda de la ciudad: el "Cafeína". Es difícil poder ir sin reserva y, cuando está lleno, ellos mismos te recomiendan el "Terra" que está situado enfrente y es igual de acogedor, con buen servicio, la comida espectacular y el precio bastante adecuado. Tiene la ventaja de que podemos tomar sushi en la planta baja o cocina tradicional en el primer piso. ,
 




 
 

 
                        Otro de los encantos de Oporto es su decoración e iluminación navideña. En el corazón de la ciudad, justo delante del ayuntamiento, colocan el árbol de Navidad, con una gran estrella en lo alto. Sin duda ninguna, Oporto es una de las ciudades que podemos visitar en cualquier época del año porque siempre nos va a sorprender.